por Josep Mª Reichardt La estufa de pellets es el sistema de calefacción más eficaz, ecológico y económico que existe. Ninguna alternativa reune el óptimo de estas tres características que hacen de las estufas y barbacoas de pellets el producto que está más en auge y del que se espera mayor crecimiento de las ventas en los próximos años.
El pellet se obtiene de la biomasa forestal procedente de la limpieza de montes, que se tritura burdamente para su transporte a las fábricas de pelletización, esta fase de la primera trituración recibe el nombre de «astillas» y su tamaño oscila entre pocos centimetros y hasta 20 centímetros de longitud. En la fábrica se secan y se trituran de nuevo hasta convertirlos en una fina harina de madera. Luego pasa a la máquina pelletizadora que somete este fino polvo a presión contra un troquel que da como resultado los pellets como también ocurre con las fábricas de pienso para animales.
Tanto por el origen, como por el tratamiento que reciben los pellets son un combustible muy eficaz, con un alto poder calorífico y que dejan muy poco residuo tanto gaseoso como de cenizas. Además su combustión resulta neutra en emisiones de CO2 porque el CO2 que emite es el mismo que han capturado las plantas de la atmósfera.
Ventajas y desventajas de usar pellets para la calefacción
A diferencia de las chimeneas de leña, los pellets son muy limpios y fáciles de transportar. Se comportan como un líquido que va fluyendo hacia el quemador de la estufa a medida que se requiere más poder calorífico, la leña de una chimenea es pesada y se tiene que recomponer continuamente para que no se apague. Además deja mucha ceniza y la chimenea llena de ollín. En cambio el pellet, como que ha sido previamente triturado y secado hasta el límite, apenas deja residuos gaseosos y muy poca ceniza.
Aunque un kilogramo de pellets tiene aproximadamente la mitad de poder calorífico que un kilogramo de gasoil, sin embargo su precio es cuatro veces inferior y por lo tanto la calefacción con pellets resulta a mitad de precio que la de gasoil. Además la estufa de pellets seca el ambiente y deja en el aire la cálida sensación de las antiguas chimeneas y los hogares domésticos. Yo he visto familias reunidas alrededor de la estufa de pellets, viendo la llama del quemador, en lugar de estar frente al televisor.
Una ventaja medioambiental adicional es que el consumo de pellets para calefacción o barbacoas repercute indirectamente en la prevención de los incendios forestales porque el combustible que se acumula en los montes y que indefectiblemente acaba provocando el incendio forestal, sea por accidente o provocado, es la materia prima del pellet y por lo tanto si se retira el combustible del monte los posibles incendios forestales son menos graves y más fáciles de controlar. Cada hectárea de monte produce anualmente un metro cúbico de fuste de los árboles y un metro cúbico adicional de otros productos vegetales altamente inflamables, como los matorrales, la maleza, la hojarasca, las ramas, etc. Como que hasta la aparición de las estufas de pellets el único aprovechamiento forestal era el de los fustes de los árboles y este aprovechamiento tiene lugar cada 35 o 45 años en función de las especies, hasta que se hace la explotación forestal se han acumulado en cada hectárea de bosque 35 o 45 metros cúbicos de combustibles altamente inflamables y que en caso de producirse un incendio forestal lo hacen casi imposible de detener.
