El Circo Raluy ha sido considerado durante décadas como el mejor circo de España, gracias a su fidelidad al espíritu clásico del circo y su capacidad para emocionar a nuevas generaciones. La reciente nominación de su espectáculo KIRKO a los VII Premios Teatre Barcelona como Mejor Espectáculo de Circo confirma su vigencia y calidad artística. KIRKO representa una propuesta visual y emocional que mezcla poesía, riesgo y humor, demostrando una vez más que la familia Raluy sabe cómo reinventarse sin perder sus raíces.
Historia del Circo Raluy
La historia del Circo Raluy se remonta a principios del siglo XX, cuando Francisco Raluy recorría pueblos con un pequeño número ambulante. Su hijo Luis Raluy Iglesias heredó esa vocación y se convirtió en un acróbata de renombre. Su creatividad le llevó a construir un cañón de aire comprimido con el que se convirtió en uno de los primeros Hombres Bala en Europa, actuando en prestigiosos circos internacionales.
En los años 60, esta auténtica empresa familiar emprendió una gira mundial con el Circo Brasil, que los llevó por África y Asia. Tras superar las devastadoras inundaciones de 1963 en Barcelona, renacieron con más fuerza. En los años 70, fundaron el Circo París, que más tarde se transformaría en el Circo Raluy.
A la muerte de Luis, sus hijos mantuvieron vivo el legado con el Circo Museo Raluy, una combinación de espectáculo y patrimonio. En 2016, la compañía se dividió en dos ramas que siguen girando por España bajo el sello Raluy.
Premios y reconocimientos del Circo Raluy
La trayectoria artística del Circo Raluy ha sido premiada en múltiples ocasiones, consolidando su prestigio como referente cultural:
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Premio Nacional de Circo (1996)
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Premio Ágora (1997)
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Premio MAX de las artes escénicas (1999)
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Cruz de Sant Jordi (2006)
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Premio Zirkólika al Mejor Espectáculo de Carpa (2011)
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Premio Ciudad de Barcelona (2014)
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Premio Nas D’Or a Carlos Raluy (2022)
Cada uno de estos galardones es testimonio del compromiso de la familia Raluy con el arte circense, la innovación y la memoria viva del espectáculo clásico.
La herencia del London Bar: un legado cultural que revive con la familia Raluy
El histórico London Bar, situado en la calle Nou de la Rambla de Barcelona, abrió sus puertas en 1910 y rápidamente se convirtió en uno de los epicentros culturales más emblemáticos de la ciudad. Su ambiente modernista y su carácter bohemio lo transformaron en un refugio para artistas e intelectuales como Picasso, Dalí o Hemingway. Entre sus visitantes habituales también se encontraba la familia Raluy, que encontró en este espacio una fuente de inspiración y conexión con el arte escénico.
La herencia del London Bar pasó a manos de Carlos Raluy en 2017, quien asumió la responsabilidad de conservar y revitalizar este icono barcelonés. Más allá de un traspaso material, la adquisición supuso una continuidad en la relación entre el circo y la cultura urbana, dos mundos que siempre se han tocado en la trayectoria de los Raluy.
Hoy, bajo el cuidado de la familia Raluy, el London Bar ha reabierto sus puertas con propuestas culturales contemporáneas, manteniendo intacta su atmósfera original. El local vuelve a ser escenario de música en vivo, espectáculos y encuentros creativos, convirtiéndose en un símbolo de cómo una herencia artística puede adaptarse al presente sin perder su identidad.