Monasterio de Santa María de Pedralbes: Siete siglos de historia y espiritualidad en Barcelona

Monasterio de Santa María de Pedralbes Siete siglos de historia y espiritualidad en Barcelona. Vista del claustro.

La revista National Geographic nos ofrece la singular historia del cierre de un histórico centro religioso en Barcelona. Fundado en 1327 por la reina Elisenda de Montcada, el Real Monasterio de Santa María de Pedralbes se erige como un emblema del gótico catalán y un testimonio vivo de la vida monástica femenina en Barcelona. Tras más de 700 años de presencia ininterrumpida de la orden de las Clarisas, el monasterio enfrenta una nueva etapa con la partida de sus últimas tres monjas debido a la falta de relevo generacional.

Ubicado en la ladera noroeste de Barcelona, el Monasterio de Pedralbes debe su nombre al término latino “petras albas”, que hace referencia a las piedras blancas utilizadas en su construcción. Este enclave fue cuidadosamente seleccionado por la reina Elisenda de Montcada, esposa del rey Jaime II, para establecer un refugio espiritual que combinara proximidad a la corte y aislamiento del bullicio urbano.

La fundación del monasterio respondió tanto a las inquietudes religiosas de la reina como a una afirmación de poder e influencia. Elisenda, tras enviudar en 1327, se trasladó a una residencia contigua al convento, donde vivió hasta su fallecimiento en 1364. Su sepulcro, una obra maestra del gótico catalán, presenta la singularidad de ser doble: por un lado, muestra a la reina ataviada con vestiduras reales, y por el otro, con el hábito de clarisa, simbolizando su dualidad como soberana y religiosa.

Arquitectónicamente, el monasterio destaca por su claustro de tres pisos, considerado uno de los más grandes y mejor conservados del mundo. Este espacio, con sus amplios arcos y columnas decoradas con los emblemas de los condes de Barcelona y la casa de Montcada, ha sido testigo de la vida contemplativa de las monjas clarisas durante siglos. Alrededor del claustro se organizan las distintas dependencias, como la iglesia, la cocina, el refectorio y la capilla de San Miguel, esta última adornada con frescos del pintor Ferrer Bassa, realizados entre 1343 y 1346, que reflejan la influencia del Trecento italiano.

A lo largo de su historia, el Monasterio de Pedralbes ha enfrentado diversos desafíos. Durante la Guerra de los Segadores en el siglo XVII, las monjas fueron exclaustradas temporalmente. En el siglo XIX, con la desamortización de Mendizábal, el monasterio fue clausurado, aunque las religiosas pudieron regresar en 1838. En 1931, el conjunto fue declarado Monumento Histórico Artístico, y en 1983 se abrió al público como museo, permitiendo a los visitantes conocer la riqueza patrimonial y espiritual del lugar.

Recientemente, el monasterio ha vivido un hito significativo. Las tres últimas monjas que lo habitaban, sor Inmaculada, sor Pilar y sor Isaura, de 90, 73 y 66 años respectivamente, decidieron trasladarse al convento de Vilobí d’Onyar debido a la falta de nuevas vocaciones. Este hecho singular ha impulsado el reportaje del grupo editorial dirigido por Ricardo Rodrigo.

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