El Arco de Roda de Bará

Uno de los símbolos de la Tarragona romana, el Arco de Bará se halla situado en la antigua Vía Augusta, a unos 20 kilómetros al nordeste de la ciudad, en el límite de la unidad geográfica actualmente conocida como Camp de Tarragona. Con una larga historiografía, la primera mención es de Mariangelo Accursio (1525), el monumento ha sido objeto de diversas restauraciones (1786, 1840, 1936) que, junto al paso del tiempo, han contribuido a variar de forma significativa su imagen. Es una de las grandes atracciones turísticas de la Costa Dorada.

Ha sido tradicionalmente fechado a principios del siglo II d. C., básicamente a partir de la lectura de la inscripción, en la actualidad parcialmente conservada en el arquitrabe de uno de sus lados, en la que se ha identificado a Lucius Licinius Sura, el influyente senador y tres veces cónsul, como constructor del mismo, ex testamento.

Se trata de un arco de un solo vano, construido sobre un alto podio, con un cuerpo central estructurado por cuatro lesenas corintias en cada una de las fachadas; lesenas simples junto al arco y de ángulo en los extremos. Las lesenas se apoyan en una especie de plinto corrido, que separa el cuerpo central del podio, y sostienen un entablamento formado por un arquitrabe moldurado, un friso -en el que originariamente se hallaba la inscripción- y una cornisa denticulada.

Tanto la cornisa como el ático que, sin duda alguna, coronaba el monumento han desaparecido. La antigua imagen del arco era diversa de la actual ya que, por un lado, presentaba el citado ático, probablemente con estatuas, y, por otra parte, la cota de base era unos 0,90 metros inferior a la que ahora podemos observar.

Las dimensiones del edificio pueden reconstruirse en 14,65 m de altura, 11,84 de fachada y 3, 7 para los lados menores. Un reciente estudio ha permitido fechar, gracias al análisis arquitectónico del mismo, su construcción a finales del siglo I a. C., momento al que, por sus caracteres paleográficos, también corresponde la inscripción.

Esta era ligeramente más larga de cuanto se había pensado y completaba a otro epígrafe principal, perdido, que debió situarse en el ático, probablemente indicando a quién fue dedicado el monumento. La nueva cronología atribuida al epígrafe (CIL II, 4282 =RIT 930) del arco de Bará, permite determinar que éste fue construido por disposición testamentaria de un Lucius Licinius Sura, perteneciente a la tribu Sergia, fallecido en el último cuarto del siglo I a. C. Este personaje, antepasado homónimo del senador de época de Trajano, puede ser identificado, a nivel de hipótesis, con un praefectus de Lepida/Celsa (Velilla de Ebro), quizás emigrado a Tarraco a principios del principado de Augusto.

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