Las grandes empresas globales suelen nacer de proyectos locales impulsados por familias emprendedoras. Ese es el caso de Reckitt, una compañía fundada en el Reino Unido en el siglo XIX, que con el paso de los años pasó de ser un pequeño negocio de productos de limpieza a convertirse en un referente mundial en salud, higiene y nutrición. Aunque hoy cotiza en bolsa y cuenta con presencia en casi 200 países, su identidad sigue marcada por los valores y la visión de la familia fundadora. El espíritu de continuidad y la apuesta por la innovación, heredados de su etapa como empresa familiar, continúan siendo la base de su cultura corporativa.
Los orígenes de Reckitt y la construcción de una marca global
La historia de Reckitt se remonta a 1840, cuando Isaac Reckitt estableció en la ciudad de Hull, Inglaterra, un pequeño negocio dedicado a la molienda de almidón y a la elaboración de polvos para limpieza. Con el tiempo, la compañía se transformó en Isaac Reckitt & Sons, al incorporarse los hijos del fundador, lo que consolidó su carácter de empresa familiar. Desde el inicio, se distinguió por ofrecer productos de calidad que respondían a necesidades cotidianas en los hogares británicos.
Durante el siglo XIX y principios del XX, Reckitt amplió su portafolio, entrando en nuevos segmentos relacionados con la higiene y el cuidado personal. Gracias a su capacidad de adaptación, logró superar las dificultades propias de su tiempo y sentó las bases para una expansión internacional.
El cambio más significativo llegó en 1999, con la fusión entre Reckitt & Colman y Benckiser NV, lo que dio origen a Reckitt Benckiser (RB). Esta integración permitió a la empresa crecer a gran escala, consolidando un portafolio más amplio y una red de distribución global. En 2021, la compañía adoptó simplemente el nombre de Reckitt, reforzando su identidad y simplificando su marca frente a los consumidores.
Hoy, Reckitt no solo representa más de 180 años de historia, sino también una marca que combina su legado familiar con una visión moderna y global.
Productos representativos y lo que diferencia a Reckitt de otras empresas familiares
Reckitt ha construido su reputación gracias a un catálogo de productos que han logrado convertirse en referentes en los mercados donde opera. Entre los más destacados se encuentran:
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En higiene: Lysol, Dettol, Finish, Vanish y Harpic.
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En salud: Durex, Nurofen, Strepsils, Gaviscon y Mucinex.
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En nutrición: Enfamil y Nutramigen, marcas de gran prestigio en nutrición infantil y médica.
Lo que diferencia a Reckitt de otras empresas familiares que crecieron hasta transformarse en multinacionales es su capacidad de mantener el legado de responsabilidad y visión a largo plazo, incluso después de convertirse en una empresa cotizada. A pesar de no estar ya bajo control directo de la familia Reckitt, la compañía conserva una cultura empresarial que valora la ética, la calidad y la innovación.
Reckitt también ha apostado por la sostenibilidad y la investigación científica como ejes de su estrategia, enfocándose en el desarrollo de productos respetuosos con el medio ambiente y en envases reciclables. Esta visión sostenible, junto con la inversión en tecnología y ciencia aplicada, ha permitido a la empresa diferenciarse en un mercado altamente competitivo.
A diferencia de otras empresas familiares que no sobrevivieron a los desafíos del crecimiento o al relevo generacional, Reckitt logró profesionalizarse sin perder su identidad. Este equilibrio entre tradición y modernización la convierte en un ejemplo de éxito en la industria de bienes de consumo.
En conjunto, Reckitt es la prueba de que una compañía fundada con raíces familiares puede transformarse en un gigante internacional sin perder de vista su esencia. Su legado británico, su capacidad de innovación y su firme compromiso con la salud y la higiene hacen que siga siendo una marca clave para millones de hogares en todo el mundo.