Lladró, reconocida mundialmente por sus figuras de porcelana, es un ejemplo emblemático de las complejidades que pueden surgir en la gestión de empresas familiares. Fundada en 1953 por los hermanos Juan, José y Vicente Lladró en Almàssera, Valencia, la compañía creció hasta convertirse en un referente internacional en el sector de la porcelana artística. Sin embargo, tras décadas de éxito, la empresa enfrentó desafíos internos relacionados con la sucesión y el control familiar que culminaron en su venta en 2017.?
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Polémica de la herencia y el control de la empresa
A medida que la primera generación de los Lladró se retiraba, la gestión de la empresa pasó a manos de la segunda generación, compuesta por los hijos de los fundadores. Este cambio generacional y la gestión de la herencia familiar trajeron consigo discrepancias sobre la dirección y el control de la compañía.
En 2007, la estructura accionarial se reorganizó: Juan y sus tres hijas obtuvieron el 70% de las acciones, mientras que José y Vicente, junto con sus respectivos hijos, compartieron el 30% restante. Esta distribución no logró mitigar las tensiones internas; por el contrario, las diferencias en la visión estratégica y las disputas familiares se intensificaron, afectando la estabilidad y el rendimiento de la empresa.
La incapacidad para alcanzar consensos llevó, en última instancia, a la decisión de vender la totalidad de la compañía. En 2017, Lladró fue adquirida por el fondo de inversión PHI Industrial, especializado en la adquisición de empresas con desafíos de sucesión y gestión.
Lladró como empresa familiar
Lladró es una empresa familiar española reconocida mundialmente por sus exquisitas creaciones en porcelana. Fundada en 1953 por los hermanos Juan, José y Vicente Lladró en Almàssera, Valencia, la compañía ha evolucionado desde un modesto taller artesanal hasta convertirse en un referente global en el arte de la porcelana.?
En sus inicios, los hermanos Lladró comenzaron elaborando piezas de cerámica y vidrio en un pequeño horno construido en el patio de su hogar. Inspirados por las grandes manufacturas europeas como Meissen, Sèvres y Capodimonte, crearon sus primeras obras, incluyendo platos, jarrones y figuras decorativas. La calidad y el detalle de sus creaciones captaron rápidamente la atención del público, lo que llevó a la empresa a trasladarse en 1958 a una nave industrial en Tabernes Blanques para satisfacer la creciente demanda.?
Durante las décadas siguientes, Lladró consolidó su estilo distintivo caracterizado por líneas estilizadas y tonos pastel suaves. La introducción del método de monococción en los años 60 permitió a la empresa mejorar la calidad y eficiencia de su producción. La expansión internacional comenzó en 1965 con la entrada al mercado estadounidense, seguida por la apertura de filiales en Japón y China en 1986, y la inauguración de un museo y galería en Nueva York en 1988.?
Características distintivas y diferenciadoras
La empresa conocida principalmente por sus figuras de porcelana, abarca una amplia variedad de temas, desde escenas cotidianas hasta representaciones de mitología y fantasía. Además de las esculturas, la empresa ha diversificado su catálogo para incluir iluminación, accesorios para el hogar y joyería, todos elaborados en porcelana de alta calidad. La línea “High Porcelain” destaca por piezas de complejidad artística y técnica excepcionales, consideradas verdaderas obras maestras dentro de su producción.
Lo que distingue a Lladró de otras empresas familiares similares es su compromiso con la artesanía y la innovación constante. Cada pieza es elaborada a mano en la “Ciudad de la Porcelana” en Valencia, reflejando una combinación única de tradición y diseño contemporáneo. La empresa ha colaborado con reconocidos diseñadores como Jaime Hayon, Bodo Sperlein y Marcel Wanders, integrando nuevas perspectivas y estilos a sus creaciones sin perder su esencia artesanal.?
PHI Industrial adquiere la empresa familiar
En 2017, Lladró fue adquirida por el grupo inversor español PHI Industrial, marcando una nueva etapa en su desarrollo. Bajo esta nueva dirección, la empresa ha implementado un plan de crecimiento a cinco años, enfocándose en la expansión internacional y la diversificación de canales de distribución. La apertura de nuevas boutiques, como la inaugurada en Nueva York en 2023, y la exploración de nuevas líneas de negocio buscan atraer a una clientela más joven y adaptarse a las tendencias actuales del mercado.?
Además, Lladró reafirma su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social, colaborando con diversas organizaciones benéficas y enfocándose en prácticas empresariales responsables.?
Con una sólida herencia artesanal y una visión orientada hacia la innovación, Lladró continúa posicionándose como líder en el mundo de la porcelana artística, fusionando tradición y modernidad en cada una de sus creaciones.